¿Qué son las agujetas?
Las agujetas (nombre médico: mialgia diferida) es el nombre coloquial de un dolor muscular llamado dolor muscular de aparición tardía o dolor muscular postesfuerzo de aparición tardía, en inglés DOMS (delayed onset muscular soreness) acompañado de una inflamación muscular.
Aparece como un dolor localizado después de un período de ejercicio intenso tras un período carente de ejercicio. Su síntoma es un dolor intenso y localizado similar al de pequeñas agujas
(de ahí el nombre), y supone una disminución de la movilidad y la
flexibilidad durante un período entre uno y cinco días, dependiendo de
la actividad y del historial previo de carencia deportiva. Existen
numerosas teorías sobre el origen de las agujetas.
¿SON BUENAS?
Podemos
dar dos sentidos al tener agujetas al día siguiente de la actividad
física, se debe a ese sobre esfuerzo que hemos realizado al que no
estamos acostumbrados o a un buen entrenamiento de pesas en el que con
la aparición de las agujetas nos damos cuenta de que hemos castigado muy
bien el músculo y debemos seguir así para obtener el cuerpo deseado.
SIN SUFRIMIENTO Y CONSTANCIA NO HAY RESULTADOS.
Vamos a indagar un poco más sobre estos dolores musculares:
CAUSAS:
El mito de que las agujetas son cristales de ácido láctico que pinchan al músculo es erróneo, ya que se ha visto como en personas con la enfermedad de McArdle, incapaces de producir ácido láctico, también sufrían dolor muscular de origen retardado.
Los actuales estudios apuntan como principal causa a una reacción inflamatoria
en respuesta a las microlesiones musculares y tendinosas que se
producen al no estar el músculo adaptado a la intensidad del ejercicio.
Es decir, el músculo hace un ejercicio de intensidad al que no está
acostumbrado, se producen microlesiones musculares y tendinosas, lo que
hace que se acumulen gran cantidad de metabolitos o desechos, que dan
paso a una reacción inflamatoria e irritan las fibras nerviosas
produciendo dolor.
lo más efectivo es el tratamiento con antiinflamatorios no esteroideos (Aines), cremas antiinflamatorias y crioterapia.
También el realizar el mismo tipo de ejercicio aumenta el riego
sanguíneo en la zona afectada, reduciendo los metabolitos y paliando en
cierto grado el dolor.
Existen varias teorías:
- Microrroturas de fibras musculares: esta teoría es la más aceptada por la comunidad científica;
menciona que el dolor muscular y la inflamación se producen debido al
número de microfibras rotas durante la práctica del ejercicio. El
término microrotura o rotura se puede usar independientemente del daño
causado en la fibra.
- Temperatura incrementada localmente en los músculos: esta
teoría menciona que durante la práctica del ejercicio el músculo se
calienta y en algunas zonas se producen «microlesiones». Posee cierta
similitud con la teoría de las microrroturas musculares y la comunidad
científica está pendiente de más investigaciones al respecto.
- Acumulación de ácido láctico: esta teoría, menciona que el ácido láctico
resultante de la actividad metabólica en las células musculares acaba
«cristalizando», y es ésta la causa final del dolor muscular, debido a
la presencia de estos cristales intersticiales en el músculo.
Existen otras teorías que aportan explicaciones a algunos efectos de la mialgia, quedando sin explicar otros.
1. Microrroturas de fibras musculares
La teoría de la microrrotura es clásica, ya que en el año 1902 se formuló por primera vez;
en ella se menciona que la mialgia aparece tras la práctica deportiva
se explica mediante alguna literatura científica como una rotura de
fibras musculares en su mínima expresión, técnicamente es la rotura de
los sarcómeros musculares, lo que acaba produciendo un efecto de inflamación ligero del músculo afectado.
Este dolor se debe a que la fibra muscular es débil, y no es capaz de
sostener el nivel de ejercicio, probablemente porque se está
desentrenado y la fibra no es capaz de aguantarlo. Los patrones de
ruptura dentro del músculo son completamente aleatorios. Parece haber datos empíricos que muestran más microrrupturas en los músculos de contracción rápida. Esta teoría parece ser la más aceptada por la comunidad científica, y se han realizado numerosos estudios en deportistas.
Las zonas más afectadas por este dolor son las uniones musculares y
los tendones cerca de las articulaciones; esto se debe a que la zona
musculotendinosa es donde existen más fibras musculares débiles y más
tensión. Existe un segundo supuesto: los receptores del dolor
(nociceptores) se encuentran en mayor cantidad en estas regiones.
El dolor muscular suele tener un período que oscila entre los 5 y 7
días, con un pico de dolor que se muestra en los 3 primeros días tras el
ejercicio. Por ejemplo, el dolor y la relajación de los músculos no
contribuye a la pérdida de fuerza que aparece en los días de
recuperación, no existen pruebas de una inhibición neuronal sobre los
músculos ni una desactivación en las unidades motoras.
El dolor y la debilidad muscular se deben, prinicipalmente, a los
procesos inflamatorios más que al daño micromuscular producido. Las investigaciones realizadas se han fundamentado en el desbalance sobre la homeostasis del calcio en los tejidos musculares debida a las microrroturas musculares.
2. Aumento de la temperatura
Durante un ejercicio intenso las células musculares pueden alcanzar
temperaturas entre los 38 °C y los 54 °C, lo que supone una muerte
celular o necrosis.
Este proceso genera una desorganización estructural en los músculos que
acaba generando un dolor generalizado en ciertos músculos.
Esta teoría se ha convertido en una derivación de la microrrotura de
las fibras musculares, ya que puede considerarse como una causa más de
esta.
3. Acumulación de ácido láctico
La teoría fue enunciada por primera vez por Assmussen en el año 1956. Según Assmussen, en condiciones de anoxia (falta de oxígeno),
como la que ocurre en las células musculares durante un ejercicio
intenso, el metabolismo cambia y las células fermentan los nutrientes
para conseguir energía. La fermentación produce mucha menos energía que el metabolismo normal, que degrada la glucosa a dos ácidos pirúvicos,
y este se degrada completamente por otras rutas metabólicas. Sin
embargo, en la fermentación, el ácido pirúvico se transforma en ácido láctico
que cristaliza en el músculo. El dolor producido, por lo tanto, sería
el resultado de la acidez incrementada captada por los nervios y por las
microrroturas del músculo debido a los cristales.
La observación muscular mediante biopsias
musculares no ha podido mostrar la aparición de tales cristales. Tras
formarse los cristales de ácido láctico, muchos se degradan, y una
pequeña parte se recombina con otras sustancias para proporcionar
moléculas energéticas (glucosa).
Otra evidencia que niega tal cristalización es que el ácido láctico
llega a cristalizar a temperaturas inferiores a -5 °C, cosa que hace que
esta teoría pase a ser una leyenda urbana establecida por la transmisión de deportista a deportista sin llegar a un fundamento científico claro.
El mito de que las agujetas son cristales de ácido láctico que
pinchan al músculo es erróneo, ya que se ha visto como en personas con
la enfermedad de McArdle, incapaces de producir ácido láctico, también sufrían dolor muscular de origen retardado.
4. Espasmo muscular
Introducida en el año 1961 por Dvries;
esta teoría propone que el dolor sea resultado de pequeñas descargas
eléctricas debido a la fatiga del músculo. Durante un período de
actividad intensa las contracciones musculares reducen el flujo
sanguíneo, lo que produce daños a las células (isquemia)
y también un estímulo en las terminaciones nerviosas, que vuelven a
contraer la fibra muscular, con lo que se repite el ciclo. El aumento de
la actividad eléctrica produce, además de la excitación de los nervios,
una gran fatiga muscular por la falta de flujo sanguíneo. La teoría ha sido criticada por algunos estudiosos de la fisiología y hoy en día se pone en duda.
TRATAMIENTO:
Se han investigado numerosos tratamientos contra la mialgia diferida
tanto en situaciones previas como posteriores al ejercicio. Estas
intervenciones se pueden clasificar en tres amplias categorías:
- Farmacológicas, que emplean tratamientos de productos AntiInflamatorios No Esteroideos - AINEs - (denominados en inglés nonsteroidal anti-inflammatory drugs o NSAIDs).
Estos métodos se centran básicamente en aliviar el dolor causado por
las agujetas. No obstante, los resultados acerca de sus beneficios son
muy confusos, ya que existe abundante literatura que demuestra tanto sus
efectos beneficiosos como los neutros. Algunos medicamentos han sido ligeramente beneficiosos, como el ibuprofeno o el naproxeno. Sin embargo, hay estudios que mencionan el efecto nulo de la aspirina (a pesar de la creencia popular).
- Terapias físicas / fisioterapias: diversas modalidades de masaje, ejercicios físicos específicos crioterapia, ultrasonidos e incluso estimulación eléctrica.
- Dietéticas, que emplean suplementos nutricionales tales como las isoflavonas (como pueden ser las isoflavonas de soja) y algunos aceites procedentes de pescados que se han mostrado eficaces en el tratamiento. Se necesita todavía un corpus de investigación en esta área.
- Otras terapias: respecto a algunas terapias como la oxigenación hiperbárica (HBO, una terapia consistente en la inhalación de oxígeno (O2) a altas dosis) se está produciendo un debate científico en la actualidad.
PREVENCIÓN
No existe un método claro para prevenir y tratar las agujetas a pesar de las numerosas investigaciones. Sin embargo, se ha demostrado que los estiramientos musculares previos a
la realización del ejercio, así como posteriores, disminuyen la
intensidad del dolor. También tiene efectos positivos sacudirse los
músculos durante la realización del ejercicio físico (favorece la
circulación sanguínea) y tomarse una ducha fría al concluirlo. Es conveniente un calentamiento previo, así como el aumento progresivo del nivel de entrenamiento, empezando por ejercicios suaves hasta llegar a los más intensos; de este modo, las fibras musculares se preparan para una situación de esfuerzo.
Algunos suplementos dietéticos que parecen tener algún efecto en la mialgia diferida son la ubiquinona (coenzima-Q) y la L-carnitina en ciertos trabajos científicos sobre corredores de maratón.
POSTRATAMIENTO
Se ha realizado una exhaustiva investigación acerca de cómo tratar
las agujetas una vez se han producido. Uno de los métodos más empleados
en la medicina deportiva es el masaje muscular. El uso de antioxidantes (vitamina C y E) no ha dado resultados positivos para eliminar sus efectos.
Una idea muy extendida y popular es que el consumo de agua con bicarbonato sódico o azúcar
puede utilizarse para combatir las agujetas. Este remedio casero es el
resultado de la aceptación masiva de la teoría referente al ácido láctico.
Puesto que esta teoría está prácticamente descartada, este método
probablemente no evita ni cura las agujetas ni sus síntomas, pero puede
provocar basicidad y problemas gástricos. Por tanto, no debe seguirse un
tratamiento de este tipo. No obstante, podemos encontrar un pequeño
alivio en la aplicación de frío. En caso de dolor muy intenso se pueden
tomar analgésicos.